miércoles, 2 de abril de 2008

Hora

Hora de dormir,
hora de apagar la luz y el cigarrillo,
hora de parar,
y no saber que va a seguir y aún así seguir,
porque hay mañana,
porque hay después, después de todo, y antes de nada,
hay alguna palabra que sigue a la anterior y será la siguiente,
denuncio lo obvio en esta poesía ya cansada de serlo,
ya agoviada de intentarlo,
palabras de otro verso, se cansan de estar,
me canso de buscarlas,
ya casi no las puedo hallar,
y entonces digo: es hora de dormir, de apagar el cigarrillo y la luz,
hora de seguir, no de parar ni de pensar,
hora de dormir, ahora una vez más,
será hora de soñar?
he de soñar esta noche?
he de recordar mis sueños?
he de verte entonces?

Hora, horas, horarios,
convenciones,
flotando en esta nebulosa en que se convierte la realidad cuando la anestecias con palabras y sensaciones,
la hora es ahora,
es ahora o cuando?
hora de olvidar, hora de seguir a pesar del cansacio e irme a dormir,
descansar, no pensar, no sentir,
hora, ahora es hora, es la hora,
lo dice el reloj externo,
lo grita el reloj interno,
es la hora, hora de dormir y escapar a otra realidad,
la que esta allí, sin elección posible,
la que tampoco elegimos,
hora de seguir, hora de parar,
hora de cambiar,
hora de jugar,
hora de perder y de ganar en cada intento,
las ideas se aclaran después de tanto escribir en esta noche cansada, mojada, perdida y también olvidada como todas las demás,
hora,
ahora,
no sé que será mañana, que ya es hoy,
no sé que será hoy que ya es mañana, pero no de mañana, solo de noche,
la noche y sus silencios, y sus ruidos,
permanecer en cada letra que debo de encontrar para escribir una palabra, para escribir una oración, para componer un verso, una rima, y decir algo, con suerte, o sin ella, siempre estoy diciendo algo, porque no sé callar, porque no sé mentir, verás en realidad solo me gusta dormir,
pero permanezco despierta aunque depués no me sé levantar,
a que hora y el despertador?
Hora de seguir, de dejar ir, de olvidar, sin sufrir,
de perdonar, de perdonarme,
hora de salvarme o continuarme en esta noche fria y sin estrellas,
sin luna, y sin canción,
extraño la múscia,
extraño lo extrañable,
recuerdo inmemorable,
de nuevo palabras absurdas en mi poesía que no sé dejar ir,
porque no sé dejarme ir,
apagar la luz, aunque ya se haya consumido otro cigarrillo,
que yace junto a sus cenizas,
hora de mi sin vos,
hora de mi otra vez,
hora de dejar ir las palabras, y volver a los cuerpos,
hora de partir hacia algún lugar incierto,
y no elijo, pero elijo,
como siempre a cada instante,
hora, no quiero pensar la hora,
no quiero saber la hora, aunque aún no sea tan tarde,
hora de dejarme,
hora de perderme,
hora de ya no lamentarme lo que pudo ser y no fue,
lo que habrá de ser mañana,
lo que puede ser y no creo que sea,
hora de ya dejar de pensar,
hora de volver a callar,
para hallar la hora de volver a empezar una vez más,
esa es la hora,
esta es la hora,
es una hora, como cualquier otra,
una hora y nada más,
números huecos e inventados para metodizar la vida,
para organizar el tiempo que se desvanece como cada una de estas palabras en sus silencios,
hora de callar, para ya no ser incomprendida,
hora de mentir, y sentir que cerró la herida,
hora de volver, aunque uno sepa que no hay salida,
hora, esa es la hora,
esta es la hora,
es ahora la hora,
se esta pasando, y se vuelve a pasar, y retornará sin remedio,
esa es la hora, la que no termina,
la que yo puedo elegir,
elegir, cuando, donde, como termina esta poesía...

No hay comentarios:

Datos personales