martes, 1 de abril de 2008

Cuando fue que comence a escribir?
Cuando fue que empecé a intentar transmitir algo de lo que vivo?
Cuando fue que todo se me volvió tan lleno de palabras, tan vacío de sentido?
Cuando fue que me dejé atrás, que me perdí en el olvido?

Cuando fue que llegué aquí?
Cuando fue que te encontre?
Cuando fue que me perdí?
Cuando fue?
Como fue?

Se me escapan las rimas,
Se me escapan las verdades,
todo se vuelve tan confuso,
todo se vuelve tan extraño,
hasta vos,
hasta yo misma,
como es que soy quien soy?
como es que soy quien escribe estas palabras? si para mí caen en la pantalla,
como antes caían en un cuaderno...

Como es que estoy sola estando acompañada?
y como es que sé todo sin saber nada?
Como es que tengo respuestas sin haber hecho ninguna verdadera pregunta?
Como es que escribo estas palabras?

Como es que me pregunto estas preguntas y me cuestiono estas cuestiones?
Como es que me ilusiono y me decepciono en un instante?
Como es que me duele el amor tanto como la herida que sangra en su partida?
Como es que no puedo encontrarme en medio de mi propia poesía?

Como fueron los silencios,
como fueron las canciones,
como fueron los días, los pasados y las pasiones,
como han sido mis plegarias,
como he recorrido los caminos ajenos a mis pies,
como es el delirio de saber y callar,
de seguir y olvidar, sin olvidar jamás...

Afirmaciones, no son respuestas,
preguntas que no son interrogantes,
huecos vacíos entre palabras casi ajenas, escribo esta noche después de la tormenta,
y he de continuar, porque así lo requiere el tiempo,
y he de proseguir, porque quizás solo ahi es donde me encuentro,
primer plano de mi vida,
puñales ajenos a las súplicas y a éste dolor de fuego,
areden en mi alma algunos recuerdos,
arden en mi mente algunos temores,
queman los fantasmas,
no son voces, son fantasmas,
y no sé si los enfrento o dejo que me asusten con sus disfrases tan reales,
no sé si elijo o soy elegida para el artilugio de la ficción,
superficie de mi desvelo,
espacio de mi desesperación...

Cuando cae la lluvia ya sin remedio,
cuando despertaré de este maravilloso y absurdo sueño?
cuando habré de aceptar que las cosas no son como uno quiere que sean, que nada se puede forzar en realidad?
cuando dar tiempo, como esperar?
como callar?
como creer, como confiar?

Silencios, abanderados de cualquier verso,
silencios, compañia perfecta, casi inevitable,
esperable, infaltable, añorable y detestable, silencio...

No hay respuestas,
no hay canciones,
no hay esperanzas, no encuentro ilusiones,
que estoy haciendo? esto es destino? esto es señales?
leo lo que quiero leer,
veo lo que quiero ver,
es verdad, lo sé y es a conciencia,
lo demás lo descarto, lo deshago frente a mis narices,
pero no es negación puedo verlo, fuerte y claro,
porque puedo verte,
esta claro siempre es mi error...

Veo, sé, y escucho,
por eso sufro por adelantado,
por eso sufro,
ya no quiero escribir,
ya no quiero saber,
solo quiero vivir, pero parece que eso no lo sé hacer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lamento que tus palabras te regocijen oscuramente. Podés sentirte como elijas sentirte, hacer las elecciones que quieras, comportarte como te resulte oscuramente más placentero, más incomodamente cómodo. Podés culparte, podés culparme. ¿Ahí está la salida? La verdad es que estoy confundido, cavilo, pero no quiero tener la razón, dudo que alguien sea dueño de ella: ahora no me importa, me interesa más la magia que disipa las tinieblas, la magia que devalúa los discursos sobre penas, miedos, culpas y otras verdades, la que hace obsoletos a los textos oscuros que tautológicamente dan cuenta de lo que debiera ser eclipsado. Anhelo la magia que de vivir hace algo sencillo. Uno de mis temores (aquellos autores de mis indesiciones) es ese: no poder alcanzar cierta sencillez. Entreveo que allí habita la armonía, que es lo que en buena dosis necesitamos para vivir plenamente.

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