Vivir anesteciada

Vivir anesteciada, anesteciándome,
en cuanto me levanto, en cuanto me despierto,
al momento, volver a dormirme,
ya no sentir...

Y lo he escrito cientos de veces,
y lo he dicho constantemente,
pero no importa,
el mundo gira,
y yo me anestecio para maearme sin darme cuenta,
sin contar las vueltas en las que me enredo...

Y lo he dicho cientos de veces y es imperioso volver a decirlo,
y llegar tarde,
y despertar sin despertar,
pero el alivio de no sentir,
aunque temer,
no se qué ocurre,
no se qué pasa,
solo sé que debo calmar eso que surge y resurge de mi interior,
ese fuego que me quema el alma,
no estoy hecha para esto,
o quizás estoy hecha para ser anesteciada,
así como soy,
así como me conocés,
anesteciada,
desde hace años o desde siempre,
quizás desde que dejé de estar anesteciada naturalmente,
y empecé a ver,
quizás fuen entonces que decidí cerrar los ojos, algunos ojos,
y anesteciarme, para ya no sufrir tanto,
este es el testimonio sin palabras,
solo con espacios,
vivir anesteciada es la opción,
y es el resultado de ser cobarde...