Deseos deseados

Por los dos,
por la ausencia,
por el silencio,
por la distancia,
por vos, y por mí,
porque no me resisto aunque más no sea a escribirte que es una forma de extrañarte,
que es una forma de tenerte...

Por los días que supimos vivir,
por los instantes mágicos que supimos crear,
por ese amor que vimos nacer, y crecer, y cuidar,
te dedico otra poesía,
te dedico alguna rima si es que rima,
si es que ha de rimar,
te dedico mis silencios,
mis espacios,
aunque sepa que no sabrás...
y quizás por eso...

En tus ojos,
en tus manos,
en las noches, en los días,
en cada llanto hecho locura,
en cada locura hecha pasión,
escriben las palabras de un pasado que no sabe revivir,
será que ya no quedan ni las cicatrices de lo supimos ser?

Será a veces que sigo temiendo,
y mis miedos siguen fallando y fallando, como dice el tango,
no tienen espacio en este espacio,
no tienen lugar para crecer,
y se estan golpeando fuerte,
será que en realidad todo es mejor, pero diferente,
será que no puedo verlo porque alguna vez me puse una venda en los ojos para ya no ver,
para ya no sentir?

Será lo que es,
y es lo que tuvo que ser,
y lo que es, es entre vos y yo, aunque a veces no lo sepamos ver,
callan las campanadas,
callan las plegarias, los suspiros, los gritos, los silencios,
callan y escuchan los tiempos que se han ido,
los que llegan,
y aprendemos a vivir cada día,
cada noche, a cada instante, yo quiero creer que todo sigue naciendo,
que todo sigue creciendo,
que esas palabras se reeditan en mi memoria y en mi mente,
se reeditan en presente,
aunque quizás ya no haya a que temer...

Sola entre tus brazos sé volver a ser,
supe volver a ver, a sentir y a creer,
sola entre tus brazos,
que nunca falten los abrazos,
deseo propio, ajeno,
deja su perfume en el aire del principio,
vuelven los recuerdos de lo ya vivido,
y no deja de crecer el deseo de lo que vendrá,
y entonces aparecen nuevos temores, como maleza después de una tormenta,
y la cortaré de raíz alguna vez,
y estarás ahí,
y yo estaré acá,
porque parece que así es a pesar de todos esos temores ineficaces que se empeñan en volver,
y que te empeñas en deshacer, hasta el cansancio,
hasta el amanecer...

Por eso, hasta el amanecer te escribo, te sueño, te espero, te creo, y te extraño,
para volver a despertar y saber que estas allí donde sea que sea que estés,
escriben las palabras en el laverinto sin clave,
realidad,
ficción, y de nuevo realidad...

Angeles, y demonios, todos y algunos,
polaridades, opuestos,
quizás no sé ser así,
pero soy todo o nada,
y el silencio puede hablar de mil maneras a esta hora en que todo parece estar tan tranquilo, menos mi desvelo,
despierta mi emoción tu recuerdo,
tu presencia ausente,
cada noche, cada vez,
acá o donde sea que esté, estás, estamos,
estas son mis palabras,
brotan por demás, crecen sin lógica y reproducen versos antiguos y viejos,
los de los deseos deseados, que hoy vencieron a esa ciega realidad...