jueves, 14 de febrero de 2008

Respirando

Nada calma este ahogo que siento de mí misma,
ni escribir, ni fumar, ni tomar, casi ni llorar,
ahogo profundo y rancio,
solo estar a tu lado me hace sentir más segura, más viva, más libre...
Nada calma este ahogo de saber todo tan lejano,
de sentir todo tan absurdo,
pero tu presencia...
Nada acalla los silencios que gritan en mi memoria y desde la distancia,
fantasmas de un dolor profundo,
y nada alcanza si no tengo tu voz para sentirme, para saberme...
Si tus suspiros me faltaran,
si tus silencios gritaran,
ya no sabría a donde ir, ya no sabría a donde estar,
como en los viejos tiempos,
estaría perdida en esta perdida ciudad,
ahogada en el ahogo de mis miserias,
ahogada sin oxígeno que respirar...
Y aunque sentirte y tenerte a veces asusta,
y aunque amarte a veces inquieta,
porque el dolor es viejo y se filtra por las grietas de estas heridas huecas,
sé que estás ahí, junto a mí, y a cada suspiro con o sin sentido,
junto a cada verdad callada por eternidades sin números,
ahí, en cada rima, y en cada caída,
en cada miedo y en cada locura,
acá, a mi lado aún en ausencia,
acá en mi piel, acá en mi cuerpo,
acá en mi vigilia y en cada sueño.
Desde que te conozco me he perdido en una realidad nueva y ajena,
a veces me asustan las curvas del nuevo camino,
a veces me desoconozco, confieso,
pero siempre me encuentro en tus brazos,
ya no sé que clase de poesía escribo, ya no es la misma,
yo no soy la misma,
aunque lleve el mismo nombre y el mismo rostro,
vos me descubriste,
descubriste en mí lo que yo intenté ocultar por siglos,
y porqué lo hiciste?
pregunta hueca, casi vacía...
Aca permanezco.

No hay comentarios:

Datos personales