domingo, 13 de diciembre de 2015

Un montón de palabras amontonadas

De vos y de mí, no sé que decir...
Sé que no quiero hablar ni pensar en eso,
pero mi cuerpo se hace eco del silencio y empieza a doler,
asique mejor que empiece a escribir lo que callo, para que no me calle lo que no escribo...

Ausente en tu mundo verde,
ausente sin importar nada de quién...
No sé si verte regresar, o no verte partir será la mejor forma de seguir para sufrir menos,
porque sufrir estoy sufriendo y he de seguir...

No hay culpables, solo realidades...
No sé que quiero aún,
no quiero saber lo que sé, casi como cualquiera,
no quiero saber, ni quiero pensar, ni quiero sentir,
pero sé, pienso y siento,
ojalá lo pudiera cambiar, pierdo la energía que necesito en ese intento,
y me pierdo, no se como hacer para olvidar, y vivir, seguir,
empezar de alguna nueva manera, en algún otro lugar...

No logro encontrar los sentimientos, estoy anulada,
bloqueada,
no quiero sentir, entonces no siento, y mi poesía no es más que un montón de palabras amontonadas en una pantalla plana,
un montón de palabras que no dicen nada,
que gritan y callan, y vuelven a intentarlo todo una vez más,
casi como yo...

Quizás no hay nada en el aire,
por eso no encuentro la forma,
no está la magia flotando, dictándome estrofas,
estoy sola, como tantas otras veces, intentando sacar afuera lo que mi alma poderosa se esfuerza por contener, y lo sé, no lo dejará salir,
no habrá ni filtraciones, ni una muestra pequeña de algún sentimiento en este poema,
mi alma está anestesiada, para que el dolor no me envenene tanto,
pero ya está envenenada,
la bronca en un sentimiento poderoso,
del otro lado la tristeza inconsolable, que no dejo salir, por miedo a no poder  contenerla, cercarla, controlarla,
y en el medio estoy yo, viendo como van y vienen corrientes poderosas de emociones,
paralizada, sin poder hacer nada,
intento escribir,
pero aunque lo hago, no lo logro,
mi poesía hoy es tan solo un montón de palabras amontonadas, sin nada que decir

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