domingo, 11 de noviembre de 2007

Curando heridas

Curando heridas...

Viejas, rancias, ajenas,
perdidas, escondidas, algunas ya casi olvidadas...

En lo que dura el suspiro de la magia,
hago el viaje del no tiempo en la no distancia,
supe que sería inolvidable,
entonces lo supe entre tus brazos,
y te lo susurré al oído,
este es un momento memorable...

Son tus ojos,
son tus ojos?
es tu piel,
es tu piel?
son tus besos,
son tus besos?
no lo sé, no lo sé,
no me importa,
es magia, magia en estado casi sólido,
puedo olerla,
siento su perfume en el aire,
se confunde en mi esencia,
sopla en un suspiro con el viento,
vuela en un instante...

Y se pierde entre los días y las horas interminables,
y se pierde en los ruidos inflamables,
se pierde en miradas huecas, ajenas,
ecos de voces que intenan decir algo,
ecos de palabras sin sonidos,
alaridos sordos,
se pierden esos increíbles momentos en que dejo mi cuerpo por mi alma,
y vuelo junto a estrellas fugaces,
se pierden en un estado de somnoliencia,
insomios deambulantes,
se pierden en la rueda que gira sin parar;
pero ahora, ahora sabés de lo que hablo cuando hablo y digo que hay otra cosa,
otra forma de vivir, otras maneras,
la de los sueños, la de los ensueños,
porque a veces es necesario cerrar los ojos para vivir,
pero no siempre hace falta cerrar los ojos para soñar...

Y entonces fue uno de esos momentos en que soñás despierto,
hay cosas maravillosas frente a nosotros,
y a veces tan solo no podemos verlas,
llevo tu imagen grabada en mi pupila,
hay algo que sopla en estos aires de Buenos Aires estos días,
hay algo y ya no lo quiero dejar...

Curando heridas de los tiempos,
solo mirame y dejame suspirar,
solo mirame y no me dejes de mirar...
porque en tus ojos veo quien puedo llegar a ser,
veo la fé que no me tengo,
y veo en tus ojos miles de instantes como éstos,
lo veo y ya no lo puedo remediar,
asique no corras tu mirada,
mirame y dejame verte porque así curaré esas heridas que a veces no paran de sangrar...

Voy a abrazarte hasta que ya no haya espacio ni tiempo,
voy a cuidar cada suspiro,
voy a guardar cada silencio,
y atesorar esos instantes mágicos que coleccionaremos porque han de suceder cada vez que olvidemos esos lamentos sin sentido, algunos sin final,
voy a intentarlo hasta lograrlo, porque sé que vos me vas a acompañar,
curando heridas viejas, tuyas, mías, vuestras,
esos nudos enquistados en las células y en los rincones de los huesos,
voy a deshacerlos entre mis dedos,
entre mis besos,
entre nuestras manos,
voy a creerlo,
voy a soñarlo,
voy a vivirlo,
voy a intentarlo, y creeme
vamos a conseguirlo.

2 comentarios:

Carolina Wajnerman dijo...

Parece que ya llegó...
Linda imagen, lindo momento,
que sean suspiros pero fuertes,
que sea sol y te queme lo suficiente,
que sea mar y te moje como tiene que mojar
que vivas y sueñes,
voilà.

Anónimo dijo...

Bastaría, Eli, que te dijera que sos vos quien vino a sanar mis heridas, que siento la cicatriz, pero que el dolor ya se disipó. Terminó por disiparse no bien te conocí, no bien te empezé a amar. No sé que más puedo decir. Dudo que quieras que te diga algo más. Tu temor es ineficaz. Tu vulnerabilidad me recuerda a mí.
La vida (esta realidad sinestésica), así como la literatura, no es más que un sueño dirigido, un sueño que se concibe despierto. Ahora estoy despierto (y desvelándome, mind you!) soñando esto con vos; despierto como lo estás vos conmigo.
Seba

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