martes, 10 de marzo de 2009

Paralisa

Paralisa, así pensaba que se llamaba,
porqué será?
Solo hoy me lo pregunto...
En todo caso, sería paraliza, para que tuviera algún sentido correcto,
como la ortografía...
Sentido correcto,
sé que no existe tal cosa,
ni tal melodía,
es Para Elisa,
y no me importa,
ese teclado que sé tocar, además del que me hace escribir palabras,
paralisa,
sin sentido,
paraliza, mi dolor,
mis palabras, mis silencios, estos ruidos tan perfectos,
acostumbrada a lo incorrecto,
aprendí mal el nombre de la única melodía que más o menos sé tocar en ese viejo piano,
la vida es una moneda,
una hoja en blanco,
un piano desafinado,
diez dedos largos y flacos, y un manojo de palabras,
solo se trata de vivir...

Mis dedos, mis diez dedos largos y flacos,
podría haber sido pianista,
eso dicen de mis dedos cuando nací,
eran largos,
como ahora,
llego a las octavas, quizás a alguna novena,
paralisa,
Para Elisa,
paraliza...

Juego de palabras, juego de sentido,
juego?
juego en esta noche, porque me pregunto por acertijos absurdos,
por incertidumbres del pasado,
la infancia, la infancia...

Recuerdos cepia,
recuerdos blanco y negro,
recuerdos en fotos y en colores,
recuerdos, la infancia...

Yo quería tocarla como mi mamá,
paralisa, para lisa, paraliza, para elisa,
o qué más da?
yo quería,
algo suena a pesar del clavijero viejo y dolido,
como una espalda encorvada,
eso que a partir de cierto momento, siempre te acompaña...

Paraliza mi memoria,
su mirada,
paraliza su presente, y su pasado,
paraliza la verdad siempre ausente y desconocida,
suena su melodía otro día, aún sin sonar, otra noche,
hoy, paraliza la tristeza y tu partida,
esperando verte regresar haré sonar esa canción,
y su melodía, la única parte que me aprendía a dos manos,
y con pedal,
quizás ese piano fue hecho para que suenen una y otra vez esas notas, en ese ritmo, en esas convinación,
quizás ese piano viajó de tan lejos para dejarme tocar un teclado diferente,
algún teclado que produzca alguna música adictiva, como esa convinación,
paralisa paraliza,
y hace olvidar y seguir,
callar, dormir,
creer, oscurecer, brillar,
errar y aprender,
volver a empezar, una y otra vez,
cuántas veces, cuántas personas, cuántas manos la han de reproducir...

Quién sería Elisa?
un amor?
seguramente...
Tiene hoy alguna importancia?
la tuvo para mi infancia y el crecimiento de mis dedos?
no lo sé...

Paralizan los recuerdos, el pasado,
brotan los sin sentidos que parecen olvidados,
y creo escribir una de las mejores cosas que he escrito, aunque sé que eso es errado...

Demasiado largo,
demasiado repetitivo,
demasiadas palabras para que alguien alguna vez las lea,
quizás esté hecho a propósito, para que nunca llegues al final,
quizás no haya final,
quizás está hecho para que te aburras, como yo estoy asitada,
quizás ni siquiera esta hecho, sino solo hecho...

Ojalá supiera tocar el piano...

1 comentario:

Carolina Wajnerman dijo...

Tal vez es cuestión de elecciones: llegar o no al final de algo, dejarse paralisar o dejarse dedicar una canción.
Escribir corto o escribir largo.
Son posturas de vida, formas de ser.
¿Eso que nos paralisa es lo que nos hace detenernos a pensar y llorar lo que haya que llorar un poco, para continuar más refrescada?
¿O eso que nos paralisa es algo que nos hace endurecer los músculos y nos lleva a la inacción?
Siempre termino llegando a la conclusión que todo depende de desde dónde estemos paradas, de nuestro propio lugar frente a nuestra vida.

Datos personales